A finales del año 1999, Google empezó a vender anuncios para mostrarlos en la página de resultados. La forma de pago era CPM (coste por mil impresiones), similar al que hoy en día todavía utilizan en muchos periódicos y revistas digitales. Sin importar las visitas recibidas, el anunciante pagaba un dinero pactado por cada 1.000 veces que el anuncio fuera mostrado. En esta época Google ya trataba de destacar con respecto a otros sitios web. Mientras en la mayoría de portales impactaban a los usuarios con molestos banners publicitarios que al usuario no le interesaban, los anuncios en Google eran solamente de tipo texto para que el usuario no lo percibiera como algo muy molesto.
La forma en la que nació AdWords quizá fue poco pretenciosa. Era como el MPV de cualquier startup de hoy en día. Su Mínimo Producto Viable consistía en que un anunciante podía dirigirse a un ‘agente de ventas’ de Google y contratar X miles de impresiones para un determinado sector, eligiendo alguna palabra para ello. Le daban un precio en función del sector a anunciar y poco a poco iba funcionando.
No tuvo mucho éxito pero en Google se mantenían motivados para rentabilizar su buscador, por lo que invirtió en la compra de diferentes empresas. La empresa DoubleClick quebró en la época de la burbuja de las puntocom cuando Google planeaba venderles todo el inventario de anunciantes y externalizar el servicio de publicidad. Sin embargo, poco después Google ya introdujo el modelo de pago por clic, conocido por las siglas PPC, que proceden de la voz inglesa pay per click. más similar a lo que tenemos hoy en día. Parece ser que se basó en el modelo de la empresa Overture que, sin ser directamente un sitio donde se mostraban los anuncios, era una plataforma intermediaria entre anunciantes y sitios donde se mostraban anuncios mediante PPC. De hecho, cuando Yahoo! compró Overture iniciaron una demanda por incumplimiento de patentes contra Google que se saldó con la emisión de 2,7 millones de acciones a Yahoo! a cambio de una licencia perpetua.
Google mejoró el sistema de pujas y la forma de mostrar los anuncios y para eso pensaba tanto en el anunciante como en el usuario. Es decir, Google sabía que si mostraba anuncios que no fuesen relevantes para el usuario en las primeras posiciones, perdería el dominio del mercado de buscadores y no podía arriesgarse a dejar de ser el favorito por la gestión de anuncios. Así que cambió el enfoque inicial del pago por clic introduciendo otros factores que hacían que un anuncio saliese antes o después sin que dependiera esto únicamente de precio de la puja que estableciera el anunciante. Y este algoritmo, aunque con importantes cambios internos, sigue siendo válido actualmente.